Cuando te apasiona la fotografía y cae en tus manos una cámara antigua sientes la necesidad imperiosa de probar, eso es lo que me sucedió cuando un día vi una Pentax P-30t en casa de un buen amigo.
Monte el negativo y decidí hacer una serie de imágenes para revelarlas, oler los químicos, la oscuridad del laboratorio, los tiempos...
En definitiva volver a recordar la esencia de la fotografía para no perder el norte.
Os muestro las tomas que puede hacer con esta cámara fabricada en 1987.
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